Cuando el bebé tiene 8 meses, si ya se mantiene sentado, puede empezar a ir en bici en una sillita hasta que alcance los 22 kilos. Por otro lado, si los papás no están acostumbrados a montar en bicicleta es mejor que no lleven al bebé, para probar se puede colocar un peso similar al del bebé en la silla e intentar dar un paseo para ver si se maneja bien.
Las sillitas para colocar en la bici se pueden comprar en tiendas de puericultura, de deporte y en grandes superficies. Los precios variarán mucho entre modelos pero todas tienen que estar dotadas de un arnés con el que sujetar al bebé en todo momento y un reposapiés con protección en los laterales y correas para sujetas los pies y evitar que se traben los pantalones o cordones de los zapatos con algún elemento de la bici.
Existen tres tipos de sillas para la bici pero no todas son universales por lo que habrá que elegirla cerciorándose de que se puede acoplar a la bici que se tiene:
1. En el manillar: la silla se coloca en el manillar y así se puede vigilar lo que hace el bebé en todo momento. Suelen utilizarse cuando son muy pequeños porque cuando crecen pesa demasiado para manejar bien el manillar. En España no es muy habitual verlas.
2. En la barra central: los fabricantes las indican como las más estables porque el centro de la bici es también el centro de gravedad y así se mantiene mejor el equilibrio.
3. En la parte de atrás: son las que más se ven y a veces hace falta que la bici lleve un trasportín para poder acoplarlas. Por otro lado, suelen pesar y abultar más, su respaldo es más alto y por lo tanto más cómoda para el bebé, que puede dormirse en el camino.
En cuanto al casco, se recomienda que el niño lo lleve siempre puesto, que sea compacto, resistente y con ventilación. Además, tiene que ser ligero.