Todo lo que necesitas saber sobre el parto
¿Cómo sé si estoy teniendo contracciones? ¿Qué tipo de parto es el más adecuado para mí? ¿Quién me ayudará? Respuestas que te ayudarán con el proceso del parto.
¿Cómo sé si estoy teniendo contracciones? ¿Qué tipo de parto es el más adecuado para mí? ¿Quién me ayudará? Respuestas que te ayudarán con el proceso del parto.
Las clases prenatales pueden ser de gran ayuda y están destinadas a madres embarazadas de aproximadamente 20 semanas. Estas clases se centran más en prepararte física y mentalmente para el gran momento que en ensayar para el parto. Aprendes la forma correcta de respirar durante las contracciones y técnicas para sobrellevar las nuevas experiencias por las que está pasando tu cuerpo. Puedes hablar con comadronas o médicos con experiencia que te ayudarán a superar cualquier duda o miedo que puedas tener. Tu pareja también puede asistir contigo a la mayoría de las clases.
Los signos que indican que se ha iniciado el parto incluyen la rotura de aguas, el sangrado y las contracciones regulares. Se trata de contracciones del útero desencadenadas por hormonas. Si las contracciones continúan durante el transcurso de una hora a intervalos de entre cinco y diez minutos, es el momento de ir al hospital o el centro de maternidad, o bien de llamar a tu comadrona si has optado por dar a luz en casa.
El proceso completo del parto puede dividirse en tres fases. La primera fase suele ser la más larga y se produce cuando el orificio uterino se abre al máximo. Las contracciones son débiles al principio, y están separadas por largos intervalos. A continuación viene la segunda fase del parto, que es cuando se produce finalmente el tan esperado acontecimiento: el nacimiento de tu hijo. La fase final del parto dura hasta que se expulsa la placenta junto con el cordón umbilical y el amnios. En este momento ya puedes descansar y disfrutar de la alegría de la maternidad.
Todo el mundo sabe que el parto puede ser doloroso, o sumamente doloroso. Esto depende en gran medida del curso que siga el parto y del umbral de dolor de la madre. No obstante, sabemos que un conocimiento exacto del proceso de parto ayuda a reducir el dolor. Lo mejor es que te informes con tiempo sobre las diferentes opciones analgésicas de que dispones durante el parto. Las opciones disponibles para aliviar el dolor van desde remedios homeopáticos, técnicas de relajación y acupuntura, hasta los analgésicos inyectados y la anestesia epidural (anestesia peridural o PDA). Sea cual sea tu decisión, asegúrate de que tus deseos se toman en serio, tanto si no quieres ningún tipo de analgésicos como si prefieres recibirlos desde el principio.
El parto es un proceso personal que se ve influido por numerosos factores, entre los cuales se incluye el lugar del parto. Tómate tu tiempo para encontrar el lugar adecuado para ti. Pregunta acerca de las distintas opciones de parto y las ayudas disponibles, como la silla de parto, barras en la pared, el parto en el agua, los tipos de incisión en las cesáreas, el tipo de asesoramiento para la lactancia disponible tras el parto, y sobre los cuidados en el puerperio. Básicamente, puedes elegir entre un parto en casa en un entorno familiar, un centro de maternidad con comadronas y un ambiente familiar, o un parto en el hospital, con la ventaja de disponer de instalaciones médicas a mano. La última es la mejor opción si has experimentado complicaciones durante el embarazo o en caso de partos múltiples.
Los reflejos de succión y deglución del recién nacido alcanzan su punto álgido hasta dos horas después del nacimiento. Si sujetas a tu bebé en brazos, su sentido del olfato le ayudará a encontrar tu pecho y el mejor alimento del mundo. El llanto también ayuda en este proceso. Libera hormonas que son esenciales para la lactancia. El miedo y el estrés pueden dificultar la lactancia tanto para la madre como para el recién nacido. Así que, asegúrate de tener un buen asesoramiento en materia de lactancia materna. En muchos hospitales, el asesoramiento sobre lactancia materna forma parte de los cuidados del puerperio. Aunque no funcione desde el primer momento, la experiencia muestra que prácticamente todas las madres son capaces de dar el pecho a sus bebés. No tienes por qué preocuparte.
Tu bebé recién nacido es una persona que pataleará, llorará, dormirá y tendrá hambre en cualquier momento y durante el tiempo que sea. Con el fin de construir un fuerte vínculo con tu bebé, es importante que os conozcáis bien. La mejor forma de hacerlo es pasar mucho tiempo juntos desde el principio. Pronto serás capaz de interpretar las diferentes señales y ruidos corporales de tu bebé. Y tu bebé también percibirá cómo te sientes por tu tacto y por tu tono de voz. Cuando la madre y el bebé se entienden, la lactancia materna suele ser más fácil.