Desde la segunda quincena, la curva de peso del bebé tiene que mantenerse positiva, pero esto no significa que cada vez que se pese al bebé tenga que haber engordado algo, sobre todo si se convierte en un hábito diario. Es normal que la curva del peso fluctúe y esto puede deberse a que ha sudado mucho, a que no ha tenido hambre y no ha terminado las tomas, a que esté incubando algún virus, a que tenga un poco de diarrea… Mientras el bebé esté tranquilo, duerma bien, haga caca una vez al día y moje unos seis pañales diarios, no hay de qué preocuparse. Unas semanas puede engordar más y otras menos, pero si está bien nutrido no pasará nada. Lo que sí hay que observar es que durante los seis primeros meses gane 600 gramos de peso al mes, sino el pediatra le examinará para detectar a qué se debe y solucionar el problema.
Los padres del pequeño pueden estar tranquilos y dejar que sea el pediatra quien controle el peso del pequeño en las diferentes visitas que se realizan. Si algo no va bien será él quien lo detecte.
Si queréis pesar al bebé podéis hacerlo en una farmacia, que sea siempre en la misma para que el peso no varíe de una báscula a otra. Además, no hay que hacerlo más de una vez a la semana y es mejor que sea siempre a la misma hora, con el pañal limpio y con el mismo tipo de ropa. Podéis guardar el ticket con el peso y la fecha y lo lleváis a la próxima consulta del pediatra. Lo que no se debe hacer es pesar al bebé en casa, ni siquiera pesándose primero sin él y luego sujetándole en brazos.